Hace más de cien años, un viejo médico judío, se dio cuenta
de que el amor es un estado de locura temporal. Pero el padre del psicoanálisis
vivió hace mucho tiempo, y además, vaya a saber uno que le ponía ese hombre a
su pipa…
Hoy da la impresión, que después de siglos de sufrimiento
inútil, por fin nos despertamos y evolucionamos. Dejamos atrás la locura y concebimos
una clase de amor que puede ser “racional”. La vida moderna nos exige reflexión,
sensatez, prudencia. Y actuamos en consecuencia: Te quiero, pero no te metas
con mi vida. Te deseo, pero bajo ciertas condiciones, ni se te ocurra pasarte
de la raya. Te necesito, pero no siempre, sólo cuando a mí se me da la gana.
Parece que lo logramos, evolucionamos, dejamos atrás la
locura y nos convertimos en seres perfectamente racionales. Hoy ya nadie muere por
amor. Hoy nos morimos de soledad.
Chepita Rodríguez - Jaime Sabines
te quiero
te quiero te quiero te quiero
te quiero
te adoro te amo te necesito
te odio te repudio te adoro
eres mi pan, mi aire
agua, sol y vida
lo indispensable mío para ser yo
eres lo que pienso, eres lo que imagino
eres, ay, lo que deseo, el anhelo y la sed
y el hambre de tu cuerpo
el anhelo y la sed y el hambre de tu alma
este dolor continuo
esta persistente inquietud
este morir a gotas sobre mí mismo
eres esa recóndita alegría de poseerte
esa íntima felicidad de saber que eres mía, sin palabras
más allá de tu cuerpo, mía solamente
mía total, únicamente mía como mi muerte
te digo que te quiero
te repito que estás en mí como yo mismo
te confieso otra vez que estoy enfermo de ti
que me eres necesaria como un vicio tremendo
imprescindible, exacta, insoportable
y eres mi salud, mi fortaleza, mi canto puro, mi alma intacta
devengo ser en ti
soy cosa, cielo, infierno, tabú, divinidad
soy en ti lo contradictorio y lo simple
la última esencia, el uno, la realidad
te quiero… multiplícalo por cien
te quiero… multiplícalo por mil
te quiero… multiplícalo por ti:
el resultado es igual a Jaime, igual a tuyo, igual a siempre
Jaime Sabines - Cartas a Chepita
Impresionante poema, me ha conmovido de verdad.
ResponderEliminarUn beso desde http://marsehistorias.blogspot.com.es
Si, es conmovedor, es lo que todos quisiéramos llegar a sentir por otra persona... Y al mismo tiempo, es de lo que la mayoría huye, porque enamorarse de esa manera, no está bien visto hoy en día...
EliminarBeso!
Hoy ya nadie muere por amor. Hoy nos morimos de soledad.
ResponderEliminarqué más decir, no?
Bueno, se puede decir que hay que seguir intentando... Nadie nos obliga a ser como todos los demás :)
EliminarCuanto más pienso más me doy cuenta que lo mejor es no pensar tanto.
ResponderEliminarEstoy medio "chapita", ji.
"Existen sólo dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el tonto, y la otra es ser tonto"...
EliminarEl problema es que así terminamos hablando como Carlitos Tevez. Y pensando como Valeria Mazza... Y ahí ya me entra la duda, y no sé si quiero ser feliz :p
Beso chapita!!!
Is beri dífikul
Eliminar:D
Te quería responder con alguna frase de Valeria Mazza... Pero busqué y busqué y no hay nada... NADA... ¡NADAAA!... :D
Eliminar¡Geniaaaal !Me encantó la introducción. Pedirle a Romeo un amor racional es ser un tonto.
ResponderEliminarAntes de ir a dormir Julieta, le manda un mensaje de texto a una amiga: "Che, no sabés, hace un rato estuvo por acá el miserable de Romeo, el boludo me regaló una flor, y ni siquiera la compró, la cortó del jardín. No sé que le pasa a este pibe, no lo entiendo, algo le falla. Nada que ver con el chico que sale con mi hermana, el pibe le regaló un BlackBerry :) :) :) Ese es un Romeo de verdad!!!
EliminarAsí estamos... Helpppp!!! :p
Estamos tan jodidamente psicoanalizados, tan acostumbrados a sacar la calculadora y calcular costos-beneficio, que el amor de Sabines, el de Julito que te estaquea en mitad de un patio, ese justo justo, nos parece demasiado. Y entonces nos mandamos hermosos discursos acerca del amor racional que cierran con moñito. Hasta que efectivamente caemos estaqueados a mitad del patio y se nos va el discurso a... a otro lugar. El amor de Julito, el de Sabines, el de Neruda incluso, existen, son infrecuentes, pero existen y menos mal que es así.
ResponderEliminarSaludos.
El problema de estar tan jodidamente psicoanalizados, es que nos quedamos jodidamente solos... Aunque no sé si es culpa del psicoanálisis, creo que es la sociedad de consumo la que nos hace calculadores, tratamos a los demás como objetos que hay que usar y descartar. Y así nos va...
EliminarSaludo! Y gracias por pasar y comentar!
Lo leí hace un par de días. No sé por qué no lo comenté, pero me quedó dando vueltas por la cabeza. Volví para leerlo de nuevo... Es tan triste como cierto. No se sabe a veces qué es peor. Antes - ¿todo tiempo pasado fue mejor? - era amor y sólo amor.
ResponderEliminar¡Besos, Dan!
No sé si antes era mejor, era diferente, eso es seguro... Ahora somos libres, muchísimo más libres que antes, y estamos orgullosos de nuestra libertad. Pero la libertad no es gratis, tiene un precio, nos deja sin raíces. (A más vuelo, menos arraigo) Y el amor, justamente, es una raíz muy profunda, una cadena que amarra y no suelta... Entonces, parece, que la libertad y el amor serían dos fuerzas opuestas... Y...
EliminarDemasiado delirio :p
Beso Avellaneda! Y gracias por pasar y comentar!