28 de marzo de 2013

La medicina


Les diré que me encuentro adolorido
por mujer que me desposeyó de ella.
Quitó lo que me daba
y me en casi sin aire deja,
como naranja sprimida.
Me deshojó de su árbol, como si a usté
de pronto lo dejan sin agarrarse de algo,
como que se le cayeran los pantalones
en medio de un baile, como de urgencia
necesitar ir a mear y no hallar dónde.
Así de desvalido.
Me hice ver con un médico y recetó
el desapego, hombre, el desapego.
Cambie de costumbres, póngase
una tela metálica al pecho
así no se le incrustan mariposas dañinas.
En ningún peor caso me he visto,
pero aseguran los intrusos, qués buena medicina
visitar lejanos países. Bien.
¿Pero a dónde he ir que no mesté sperando
la susodicha esa, para castigarme
solamente porque la quiero?

2 comentarios:

  1. ¡Me causó mucha gracia! Con términos tan simples pero tan profundo.
    "Cambie de costumbres, póngase
    una tela metálica al pecho
    así no se le incrustan mariposas dañinas."

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    Respuestas
    1. Escribe lindo el viejo...
      Hay otro que me gusta mucho: "Voy a las palideces"

      Apártense, déjenme pasar,
      vengo de estar existiendo y ya lo sé,
      voy a las palideces. Merezco
      descanso pero antes
      quiero mirar atrás del horizonte para
      no verme siempre aquí como árbol seco
      donde no hay más que hablar.

      No atajen, no digan que hay medicina buena.
      Dejen que me siente en el umbral
      a ver pasar la última gente. Los pájaros
      están escondiendo la cabeza bajo el ala.

      Manden a alguien a comprar pan,
      no digo de hoy, sino de mañana,
      porque mi hambre última
      es de lo que aún no he visto.

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