2 de junio de 2012

La ruptura

Helge Krog


Ella esperaba que todo lo que había ocurrido, nos ayudaría a salir de nosotros mismos, y emprender una nueva vida. Pero no pudo ser, fue demasiado tarde. Habíamos construido los muros a nuestro alrededor, tan anchos y espesos, que al final fueron más fuertes que nosotros. Y aunque tuviésemos corazón para derrumbarlos, no tendríamos fuerza para ello. Queríamos hacer algo inconcebible. Queríamos parar la corriente de la vida y guardarla. Creíamos que lo habíamos conseguido, que ya teníamos apresada la corriente, pero no observamos que entonces, ya no había corriente, tan sólo había un remolino.
Tú puedes tener una orilla junto a un río, y fuerza en el río cuando pasa por delante de ti, puedes poseer la vida cuando pasa por ti. Pero el río, la corriente, eso no puedes tenerlo, No puedes poseer la vida, seguirá su curso, hacía el mar. Si pretendes pararla, tenerla, entonces se muere en ti y entonces mueres tú mismo, porque la vida no está en ti.
Nadie se da cuenta del día, hasta que se pone el sol.



3 comentarios:

  1. tan simple como reflexivo, hermosa entrada!

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  2. Muy bueno.Derriba todos los muros que inútilmente construyo día a día, hora a hora, minuto a minuto...

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