Repetición de círculos que se cierran
la miel en tu lengua
y esa maldita ventana
siempre abierta
Dieciocho solsticios de verano
en el cenit de mi silencio
Tu sonrisa enredada en mi recuerdo
como espina invertida
que lastima desde adentro
Agua que no ahoga
fuego que no quema
días que mueren sin haber nacido
Y el desorden previsible de tus pasos
en lenta carrera hacia el abismo
Repetición de círculos que se abren
el veneno en tu boca
y esa bendita ventana
siempre abierta