Revisé hoy mi bandeja de
entrada y encontré un correo enviado por YouTube (de esos que llegan cada
tanto, con las novedades) y en el asunto decía: “Nunca estás solo”…
¿Casualidad? No existen las
casualidades…
it's ok, you can take a condom
it's ok, you can take Valtrex
it's ok, you can get an abortion
and then keep on keeping on
it's ok, you can take a Prilosec
it's ok, you can take Vioxx
and it's ok, you can get a quadruple bypass
and then keep on keeping on
you are never alone
it's ok, in moderation
it's ok, cutting down
it's ok, you can quit tomorrow
but for now keep on keeping on
it's ok, you can take the Bible
and it's ok, you can be saved
and it's ok, you can be forgiven
and for now keep on keeping on
you are never alone
Vic Chesnutt - You are never alone
Vic Chesnutt - You are never alone
El día que Chesnutt murió,
Michael Stipe, cantante de REM y uno de sus más antiguos fans, escribió en su
web una sola frase: "Hemos perdido a uno de los grandes". Estoy de acuerdo,
dice Mark Kitcatt, que conocía a Chesnutt desde que se cruzaron en Londres en
1994. Era un tipo especial que hacía música extraordinaria a pesar de sus
limitaciones.
Sus limitaciones: a los 18
años Chesnutt sufrió un accidente de tráfico que le dejó en una silla de ruedas
para el resto de su vida. No sólo no podía andar, tampoco tenía movilidad en
tres dedos de la mano izquierda. Y eso no le impedía tocar la guitarra y el
piano de una forma única. Ni le impedía cantar. La desgarrada voz de Chesnutt
era su marca. Hablé con él en un concierto el año pasado. Me impresionó cuando
me dijo que cantar le causaba dolor. Dolor físico, quiero decir.
"elpais.com: Y Vic Chesnutt huyó al fin de sí mismo"
"elpais.com: Y Vic Chesnutt huyó al fin de sí mismo"