5 de enero de 2015

You are never alone

Revisé hoy mi bandeja de entrada y encontré un correo enviado por YouTube (de esos que llegan cada tanto, con las novedades) y en el asunto decía: “Nunca estás solo”…
¿Casualidad? No existen las casualidades…


it's ok, you can take a condom
it's ok, you can take Valtrex
it's ok, you can get an abortion
and then keep on keeping on

it's ok, you can take a Prilosec
it's ok, you can take Vioxx
and it's ok, you can get a quadruple bypass
and then keep on keeping on

you are never alone

it's ok, in moderation
it's ok, cutting down
it's ok, you can quit tomorrow
but for now keep on keeping on

it's ok, you can take the Bible
and it's ok, you can be saved
and it's ok, you can be forgiven
and for now keep on keeping on

you are never alone 

Vic Chesnutt - You are never alone 

El día que Chesnutt murió, Michael Stipe, cantante de REM y uno de sus más antiguos fans, escribió en su web una sola frase: "Hemos perdido a uno de los grandes". Estoy de acuerdo, dice Mark Kitcatt, que conocía a Chesnutt desde que se cruzaron en Londres en 1994. Era un tipo especial que hacía música extraordinaria a pesar de sus limitaciones. 
Sus limitaciones: a los 18 años Chesnutt sufrió un accidente de tráfico que le dejó en una silla de ruedas para el resto de su vida. No sólo no podía andar, tampoco tenía movilidad en tres dedos de la mano izquierda. Y eso no le impedía tocar la guitarra y el piano de una forma única. Ni le impedía cantar. La desgarrada voz de Chesnutt era su marca. Hablé con él en un concierto el año pasado. Me impresionó cuando me dijo que cantar le causaba dolor. Dolor físico, quiero decir.
"elpais.com: Y Vic Chesnutt huyó al fin de sí mismo"