Hace rato que estoy eligiendo libros al azar. Antes, hace
algún tiempo, me dejaba llevar por las reseñas, los comentarios y las
recomendaciones. Pero había algo en ese mecanismo que no funcionaba del todo
bien. Casi nunca acertaba en comprar un libro que realmente me gustara.
Ahora se me dio por la compra compulsiva de ejemplares, de
los que no tengo ninguna referencia, de los que no he leído ni siquiera la
contratapa. (A veces el autor define le compra -si es que lo conozco- pero no
siempre). Todo esto comenzó con mi “Guía práctica para comprar un buen libro”
Y la verdad es que hasta el momento, llevo un 100% de efectividad.
Todo lo que he comprado de esa forma me ha gustado mucho. Estoy pensando
seriamente en aplicar la misma fórmula, en otros aspectos de mi vida. (Ya se
pueden imaginar en cuales…)
Terminé de leer “Pabellón de reposo” durante las vacaciones.
Una pequeña reseña del libro: Aquí. (Este lo compré por el autor, claro).
Camilo José Cela
…Las muchachas que no se pintan son cortas de carácter y
sufren en silencio, yo sé bien que de no ser esto así la señorita del 37 ya se
habría insinuado, ya se hubiera dejado caer sobre el ánimo enamoradizo de
nuestro amigo del 14. Bien segura estoy.
En cambio, al 52 lo detesta, estoy convencida que sería
capaz de dejarse matar, antes de permitir que pudiera darle un solo beso. Yo no
me explico la complicación que ven los hombres, en nuestros sentimientos y en
nuestro corazón. Cuando, en la mayoría de los casos, somos nítidas y
transparentes como el agua.
Los hombres y las mujeres no nos entendemos, nos queremos. A
veces hasta con apasionamiento, con furia. Y somos capaces de dejarnos matar
por un amor, de quitarnos la vida por una desilusión, pero jamás llegaremos a
comprender a la persona por la que nos sacrificamos. Ni ella llegará tampoco a
comprendernos a nosotros. Somos muy diferentes. A un hombre y a una mujer los
une un beso, o tan sólo una mirada, pero no una conversación. No puede hablarse
con un hombre a quien desearíamos besar, con un hombre con quien quisiéramos
fundirnos en un abrazo y decirle:
-¡No, no te separes jamás de mí, apriétame contra tu pecho,
prefiero la muerte a tener que levantar mi cabeza de tu hombro un solo
instante!...
Camilo José Cela - Pabellón de reposo
Cómo los elegís entonces además de buscar por autor? por la portada? por el título?
ResponderEliminarPara mi la lectura, al igual que casi todo, es subjetivo, por eso, casi siempre, dejo las criticas de lado hasta que termino de leer y después de tener mi propia conclusión comparo opiniones.
Que buena pregunta! Creo que los libros me están eligiendo a mí... (No te asustes. Ja!)
EliminarDejatellevar... Bueno, sería mas o menos eso, me dejo llevar...
Supongo que la gran diferencia es que antes me pasaba una hora en la librería, me leía medio capítulo de cada libro que quería comprar, y al final terminaba llevando algo que no me gustaba.
Creo que ahora estoy más abierto, mas receptivo, menos critico. Y acepto y me gusta leer casi todo lo que me cae en la mano. Creo que esa es la gran diferencia.
Un beso! Y gracias por comentar!
Suena algo paradójico aplicar a varios aspectos de la vida una fórmula del azar. Pero si viene con 100% de éxito, no dé más vueltas, ¡aplíquelo ya!
ResponderEliminar¡jajajaj!
En eso estamos! ¿Para que pensar tanto, no?...
EliminarHay una canción que dice: "Pensar demasiado, analizar demasiado, separa el cuerpo de la mente, atrofia la intuición, nos hace perder oportunidades"
¿Será? Probemos...
Un Beso!
Qué buenoo. Felicitaciones por el logroo. ¿Cómo hacés para no leer la contratapa!? ¡Me desespero! Es la ventanita por la cual se puede espiar lo adquirido.
ResponderEliminarYo tengo una lista de futuras lecturas con varios ejemplares,porque me gusta entrar a las librerías de usados (¡creo que tengo un fetiche con los libros de otros!) y comprar por intuición (y lectura de contratapa) Pero al ser estudiante de Letras, últimamente, leo más por obligación que por plena elección. Así que la mayoría de los libritos elegidos por mí me esperan. Aunque no me quejo, eh, ya que a ciertas maravillas literarias las descubrí gracias al “deber” que generalmente, después, me lleva a declarar el placer por lo leído.
Me gusta la idea de aplicar el azar en otros aspectos de la vida, así que dale la bienvenida a las casualidades.
Dejo para otro momento la refutación de lo dicho por el personaje de "Pabellón…", primero porque seguramente me contradiga y segundo porque carezco de poder de síntesis :P
Refute! Refute! Que para eso está...
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