Tengo una luna muerta en el bolsillo
una rana de acero en el llavero
la foto canalla en la medalla
y el autógrafo de los poetas muertos
Mi relación con el mundo es muy extraña
me resisto a perder lo que imagino
doy cansancio a los que no descansan
y alivio al que pide desatinos
Tengo la cruz del sur en una uña
para recordar que todo lo que crece muere
es tan obvia la cita con la parca
como imposible el amor con mil mujeres
Pensaba escribirte en los cristales
de todas las carteleras de los cines
y me quedé penando en el espejo
en este baño de leyendas con orines
Detesto a los payasos y a los mimos
cuando se burlan del sueño milenario
la alegría y el gesto son ficciones
para huir del terror al calendario
Todo debo agradecerte vida viva
me diste un tercer ojo hecho de clavos
ya amanece está sonando la campana
y me tomo cualquier tren a ningún lado
Letra: Adrián Abonizio / Música: Sergio Sainz
Es simplemente doloroso y hermoso. Como dicen algunos que es la vida. (Perdón si me puse muy cursi, quizás no es que me ponga cursi, quizás así soy y no lo quiero reconocer)
ResponderEliminarUn besote y gracias, Dan.
Canciones que te ponen la piel de gallina. Yo casualmente subí una de mi banda favorita, pero no tiene nada emotivo!
ResponderEliminarQué letra tan poética y que sentimiento en la interpretación
ResponderEliminar"La alegría y el gesto son ficciones para huir del terror al calendario." Lindas rarezas se encuentran cuando se pasea por aquí...
ResponderEliminar"Mi relación con el mundo es muy extraña
ResponderEliminarme resisto a perder lo que imagino..."
Muy buena canción. Saludos, Dan!
Si, es hermoso y doloroso el parto, como lo es el amor. Ambos, a su manera, dan frutos reales o imaginarios, que dan penas y alegrías, que están ligados, no siempre, como el odio tan ligado al amor, como tantas cosas ligadas al amor que no llegan a conformarlo. Nadie tiene idea de qué es, pero todos queremos de ese banquete, capaz porque nadie nos invitó, justamente por eso, porque dicen que hay manjares que no probamos y creemos que ahí se nos va la única y última oportunidad. No sé... La reina de la cursilería no sabe cómo seguir cursilereando...
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